El padre Panchito y Sor Cándida son dos figuras vocacionales, donde las palabras fidelidad y perseverancia encuentran verdadero sentido. Al mismo tiempo, se convierten en referencias inmediatas de entrega, compromiso y de servicio hacia los demás.
El ministerio sacerdotal y la vida consagrada es un compromiso de toda la vida. Un compromiso lleno de dificultades y de bondades que solo termina con la muerte. El padre Panchito con 104 años de edad y Sor Cándida con 107 años de edad, son felices y están llevando con alegría su compromiso que un día asumieron con plena libertad.
El temor a comprometerse por toda la vida, es la psicología que impera en los jóvenes . El joven de hoy no está capacitado psicologicamente para asumir compromisos de por vida, o simplemente, carecen del sentido serio de compromiso (Anatrella). En este sentido, estamos viviendo una cultura de lo provisorio, de lo que nada es definitorio, donde todo es temporal y pasajero. Hacer una elección definitiva hoy es más difícil que en tiempos atrás (Papa Francisco).
Sin embargo, la vida del Padre Panchito y la vida de Sor Cándida, rompen con esta psicología que impera en el pensamiento de los jóvenes y con la cultura de lo provisorio que que impide el compromiso de por vida. En este sentido, el testimonio del Padre Panchito y el testimonio de Sor Cándida se convierten en biografías vivas de las cuales tenemos que disfrutar!
El Padre Panchito, es el sacerdote más anciano del mundo. Nació en Durango, México, en 1909. Fue ordenado en Roma en el año 1932 en la Basílica San Juan de Letrán. Dos años posteriores a su ordenación es enviado al Salvador. El padre Panchito con sus 104 años de vida, 82 años de sacerdote a vivido diez pontificados. En el presente video nos narra la bella historia del padre Panchito.
Alma Belloti, nació el año 1907, es conocida como Sor Cándida, vive en la Toscana y pertenece a la Congregación de las Ministras de los enfermos de San Camilo. Para su cumpleaños numero 107 ha viajado a Roma y a participado de la misa con el Papa en la capilla de Santa Marta, con quien ha dialogado por unos momentos después de la misa. Ha vivido nueve pontificados, lleva más de 80 años de vida religiosa y ha declarado que nunca se a arrepentido de su vocación. «Solo los que sienten la alegría de acercarse al Señor pueden entender cuán abundante es su amor por nosotros, cuánta serenidad deja en el corazón», es el secreto de su vocación. «Escuchar la voz de Cristo y ser dócil a su voluntad. En toda mi vida siempre he pensado: donde me ponga el Señor, será el lugar correcto para mí», es el secreto de sus 107 años.
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