Es parte de la costumbre de los Legionarios de Cristo en la solemnidad de San Pedro y San Pablo que algunos de sus miembros seminaristas reciban el diaconado. En esta ocasión fueron 25 seminaristas de cinco nacionalidades (Brasil, Colombia,
Estados Unidos, México y España) quienes recibieron el diaconado, a diferencia del año pasado que fueron 23 seminaristas ordenados diáconos.
Dicha ordenación fue concedida por el obispo español y legionario Fernando Vérgez Alzaga. El lugar fue la capilla del Centro de Estudios Superiores de la Legión de Cristo ubicado en Roma.
La Iglesia se alegra, sobre todo, se alegran los Legionarios por 25 nuevos diáconos al servicio de la Iglesia en el carisma de la Legión. Hago mías las palabras de monseñor Fernando dirigidas a los ordenandos en la homilía: "Un
sentimiento de intenso gozo y viva gratitud nos invade en esta celebración".
Los Legionario entre la alegría y tristeza
Los Legionarios tienen un gran cariño y aprecio a quien por largo tiempo fue su máximo pastor el P. Alvaro Corcuera, quien se encuentra muy delicado de salud. El sufrimiento del P. Álvaro también es el sufrimiento de todos los miembros de la Legión, pues los hijos participan del dolor de sus padres. El P. Álvaro está en la parte final del puente que lo conducirá al Cielo. Quienes hemos tenido la gracia de conocer al padre Álvaro (por sus escritos e intervenciones) nos encontramos tristes y llenos de esperanza. Tristes porque se nos va un buen hombre, un hombre bueno, un hombre de Dios, un hombre fiel al sacerdocio, un hombre donde las palabras "sacerdote hasta dar la vida por ello" encuentran verdadero sentido. Llenos de esperanza, porque el grano de trigo producirá muchos frutos, frutos que nos tocará recoger en cada uno de los Legionarios a quienes él formó!
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